Tras unas negociaciones difíciles por el contexto de polarización, la mayor reunión mundial del sistema de Naciones Unidas sobre la situación social y jurídica de la mujer ha podido llegar a unas conclusiones acordadas.

Acelerar el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas abordando la pobreza y fortaleciendo las instituciones y la financiación con perspectiva de género” ha sido el tema central del 68º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW68), la mayor reunión anual de las Naciones Unidas sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, que acaba de celebrarse. Las sesiones han reunido a representantes de los Estados miembros de la ONU, organismos interestatales y organizaciones sociales de todo el mundo para intercambiar posiciones, presentar iniciativas y proponer soluciones a la pobreza como causa y consecuencia de las desigualdades de género, y para impulsar una visión feminista del mundo.

Hay numerosas evidencias de la relación entre las carencias en materia de salud y derechos sexuales y reproductivos y la pobreza, así como es evidente que se puede hacer mucho para acabar con ambas realidades. ONU Mujeres destaca que  más de 100 millones de mujeres y niñas podrían salir de la pobreza si los gobiernos priorizaran la educación y la planificación familiar, unos salarios justos e igualitarios y mayores prestaciones sociales. Podrían crearse casi 300 millones de puestos de trabajo de aquí a 2035 mediante inversiones en servicios de cuidados. Y si se cerraran las brechas de género en el ámbito del empleo, el producto interno bruto (PIB) per cápita podría aumentar un 20 por ciento en todas las regiones.

De todo ello se ha hablado en las sesiones de la CSW, en un contexto geopolítico extremadamente polarizado y difícil para las negociaciones sobre asuntos como el derecho al desarrollo, la salud y los derechos sexuales y reproductivos, la educación sexual, las múltiples formas de discriminación, el lenguaje relacionado con la familia, con los derechos LGTBI, la justicia económica y climática, el comercio internacional y las crisis y conflictos humanitarios en curso. No obstante, se han podido adoptar unas conclusiones convenidas.

Salud y derechos sexuales y reproductivos

 El documento final recoge referencias a la salud sexual y reproductiva (SSR), los servicios de atención sanitaria y los derechos sexuales y reproductivos. El consenso alcanzado refleja el amplio apoyo de los Estados miembros a la adopción de medidas para abordar la relación entre salud sexual y reproductiva y pobreza, el fortalecimiento de las instituciones y la financiación con una perspectiva de género. 

Adolescentes y niñas

Se reconoce la necesidad de un enfoque que incluya todas las etapas de la vida y la multidimensionalidad de los impactos de la pobreza, así como la importancia de la  participación y liderazgo plenos, equitativos y significativos de las niñas y adolescentes, reconociendo las barreras específicas basadas en el género que les impiden ejercer sus derechos, así como todas las formas de violencia, entre ellas la violencia sexual y de género; el matrimonio infantil, precoz y forzado; el embarazo adolescente, o la distribución desigual del trabajo de cuidados no remunerado.

Formas múltiples e interrelacionadas de discriminación  

Las y los adolescentes, mujeres, niñas y grupos marginados que sufren estas formas de discriminación tienen más probabilidades de ser excluidos/as estructuralmente y, por lo tanto, es importante que las conclusiones convenidas las hayan reconocido y hayan abordado sus vínculos con la pobreza, así como acciones y políticas de protección social y servicios públicos sensibles al género. 

Diversidad y perspectiva de género

Se considera importante que el documento mencione las garantías para la participación y representación plenas, equitativas y significativas de las mujeres y niñas en la diversidad de situaciones y condiciones que atraviesan y en todas las esferas de la vida pública y la toma de decisiones. Esto incluye su participación y representación en la política económica, las instituciones públicas y en el diseño y la aplicación de políticas para la erradicación de la pobreza, tanto para abordar los prejuicios institucionales de género como para promover acciones que respeten plenamente los derechos humanos de todas las mujeres y niñas.

Derechos humanos y libertades fundamentales

El documento final hace referencia a la vinculación entre los sistemas de protección social y el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres y las niñas; el reconocimiento de los retos que hay que afrontar para la plena realización de los derechos humanos de las mujeres mayores; el reconocimiento de que los derechos humanos de las mujeres incluyen su derecho a tener el control y decidir libre y responsablemente sobre todas las cuestiones relacionadas con su sexualidad, y la necesidad de garantizar el pleno respeto de los derechos humanos de las mujeres y las niñas en el contexto digital, por citar algunos ejemplos destacados. 

Poner en práctica las Conclusiones Convenidas

A pesar de las intensas y, en ocasiones, difíciles deliberaciones políticas, la adopción de las Conclusiones Convenidas pone de manifiesto el firme apoyo interregional a los derechos humanos de las mujeres y las niñas, al mandato de la Comisión y al tema central de este periodo de sesiones.  También refleja el apoyo interregional a los derechos sexuales y reproductivos y la prevención, el tratamiento y la eliminación de la violencia de género.  Ahora, el éxito de las Conclusiones Convenidas dependerá de su aplicación a nivel nacional, regional y mundial. Esto es lo que beneficiará a las vidas de las mujeres, adolescentes, niñas y otros grupos marginados en las comunidades donde viven. 

Publicado el 4 abril, jueves, 2024

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