“Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible” es el título de la agenda aprobada por Naciones Unidas como nuevo marco para la movilización de recursos y políticas para el desarrollo

Son 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que tendrán que cumplirse a través de 169 metas que son de carácter integrado e indivisible y reflejan las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. Ahora el debate gira alrededor de los indicadores con los que se van a medir los progresos, y que se aprobarán en los primeros meses de 2016.

La nueva agenda incluye un objetivo independiente para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, el 5, y metas con sensibilidad de género en los demás objetivos.

El documento señala que “No es posible realizar todo el potencial humano y alcanzar el desarrollo sostenible si se sigue negando a la mitad de la humanidad el pleno disfrute de sus derechos humanos y sus oportunidades. Las mujeres y las niñas deben tener igual acceso a una educación de calidad, a los recursos económicos y a la participación política, así como las mismas oportunidades que los hombres y los niños en el empleo, el liderazgo y la adopción de decisiones a todos los niveles. Trabajaremos para lograr un aumento significativo de las inversiones destinadas a paliar la disparidad entre los géneros y fortalecer el apoyo a las instituciones en relación con la igualdad y el empoderamiento de las mujeres en el plano mundial, regional y nacional. Se eliminarán todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres y las niñas”.

Juan Carlos Grau, coordinador del intergrupo, ha estado presente en las sesiones de Naciones Unidas en las que se han aprobado los ODS. El diputado ha resaltado que “aunque todavía queda mucho camino por recorrer, estos objetivos representan un avance importantísimo” en cuanto a la salud sexual y reproductiva, y ahora “hay que trasladarlos a nivel nacional”.

12 de los objetivos incluyen metas específicas de género. Son los objetivos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 10, 11, 13, 16 y 17. Hay que resaltar el objetivo 5, “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”, que se acompaña de nueve metas, y el objetivo 4, “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas las personas”, en el que la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres está presente a través de siete de sus metas. El resto de objetivos tienen una o dos metas relacionadas con el género.

La agenda insta también a que se tomen medidas para poner fin a la discriminación y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas, así como las prácticas nocivas, el matrimonio precoz y forzado y la mutilación genital femenina. Se pretende una reducción significativa de la mortalidad materna y el cumplimiento de los derechos reproductivos, así como el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en estrategias y programas nacionales. Además, el programa reafirma los compromisos de los gobiernos con el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo y la Plataforma de Acción de Beijing y su seguimiento posterior. También se refiere a la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados internacionales de derechos humanos, lo que refuerza el enfoque en los derechos. Sin embargo, el programa también tiene una serie de deficiencias.

Los derechos sexuales no se reconocen explícitamente al haberse cedido a la presión de algunos
países que exigían tomar en cuenta los contextos nacionales. El programa no define qué mecanismos van a seguir y revisar la aplicación de los objetivos por parte de los gobiernos, y las referencias a la participación de la sociedad civil son débiles.

Ahora esta agenda debe ser una realidad. Los gobiernos tendrán que cumplir sus compromisos y adoptar acciones y políticas nacionales. También se requiere que los gobiernos europeos aumenten la financiación y apoyo a los países que lo necesiten, lo cual es especialmente importante en el caso del Estado español, cuya aportación a la Ayuda Oficial al Desarrollo ha bajado a niveles mínimos en los últimos años. Por otra parte, habrá que poner en marcha sólidos mecanismos de rendición de cuentas a nivel nacional, regional y mundial para monitorear el progreso hacia las metas y objetivos.

Publicado el 8 octubre, jueves, 2015

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